lunes, 5 de febrero de 2018

VAM vs BOOM

VAM: velocidad aeróbica máxima. Es el ritmo máximo al que podemos correr en un espacio prolongado de tiempo. Superada esa velocidad en pocos minutos se entra en estado de fatiga y hay que parar o disminuir el ritmo.

BOOM: Onomatopeya que utilizamos para describir una explosión.
Aplicado al deporte, un deportista explota cuando no puede más. Revienta en un entrenamiento o en una competición.

Uno de los problemas con los que nos encontramos los entrenadores es sujetar el ímpetu de nuestros muchachos en los entrenamientos.
Cuando se juntan varios egos, es muy probable que se den piques entre compañeros y unos obliguen a otros a ir mas rápido de lo que deberían.
Esto que en muchas ocasiones es positivo, ya que permite que unos deportistas se apoyen en otros y mejoren, en otras lleva a que algunos deportistas se pasen con el entrenamiento.

Hace unos meses escribí un post: "¿Para qué quieres un entrenador si no lo usas?" donde básicamente explicaba que si te pones en manos de un entrenador es para hacer caso a lo que él te dice.

Con mis chic@s del Club Trimad estamos en pleno periodo específico con buenas sesiones de carga, y hemos tenido varios entrenamientos con series de carrera a ritmo VAM.
Lógicamente cada uno tiene su propia VAM y si tu entrenador quiere que lleves ese ritmo es el tuyo y no el de tu compañero.

Uno de los deportistas me preguntaba: ¿Pero qué pasa si voy a un ritmo mas fuerte que el mio o si hago más kms de los que están marcados?
Pues, si te saltas los ritmos o haces kms de más un día no pasa demasiado. El problema viene cuando te los saltas de forma sistemática tanto por exceso como por defecto.

Si estás entrenando siempre por encima de tus ritmos acabará apareciendo el BOOM.
A corto plazo es posible que tengas sobrecargas o lesiones. A medio plazo que entres en un estado de fatiga que te impida continuar con los entrenamientos establecidos y a largo plazo no llegarás a la competición/es que te habías marcado como objetivo en condiciones óptimas.
Todo esto siempre que la salud te respete y no tenga consecuencias más graves.

Si lo que haces es entrenar sistemáticamente por debajo de lo que eres capaz de rendir, no estarás creando en tu cuerpo las adaptaciones que te hagan mejorar.

Si tu entrenador, director técnico o persona encargada de hacer la planificación ha ubicado esos entrenamientos, cargas y ritmos es por algo.
Te está llevando pasito a pasito hasta el objetivo que tú le has dicho. Hazle caso.

No quiero que esta entrada sirva de bronca a mis deportistas, es más, entono el mea culpa. Entreno con ellos y soy el primero que de vez en cuando se calienta.
Prefiero tener deportistas a los que hay que sujetar, que triatletas a los que tienes que empujar para que trabajen o que se quejen siempre por la dureza de la sesión.

A veces, es incluso gracioso ver como alguien del grupo revienta. Es cómico verle tirado boqueando como un pez fuera del agua. Obviamente siempre que no pase de ahí, que todo se quede en unas risas y el deportista se recupere sin problema.

Mi consejo, si me lo permitís, es que trabajes siempre dentro de los ritmos pautados.
Como norma siempre es mejor que las series sean VAM y no BOOM.

Dadle duro!