lunes, 17 de abril de 2017

Trucos de triatleta

Se acerca la temporada de triatlones. Si eres un veterano en este mundo es posible que está entrada no te aporte demasiado, pero si estás empezando, conocer unos cuántos trucos de perro viejo puede hacerte el triatlón mas sencillo.

No son cosas que vayan a revolucionar el mundo del triatlón, son cosas obvias, pero cuando empiezas en este maravilloso deporte no está demás que alguien te explique algunos detalles.

He seleccionado 4 trucos que creo que son básicos a la hora de hacer triatlón:

- Vaselina y talco. Puede ser la diferencia entre correr hecho polvo, como es normal en un triatlón, o correr hecho polvo y además con unas rozaduras muy desagradables.
Cuando la natación del triatlón es en el mar, la sal que queda impregnada en la piel, unida al sudor y a la fricción de la piel contra un tejido o contra la propia piel pueden provocarte rozaduras. La vaselina es una de las mejores soluciones para evitarlas.

Si tienes una piel normal, con un poco de vaselina en la zona del cuello y quizá en las axilas debería ser suficiente. En cambio, si tu piel es sensible, a las zonas que ya hemos citado le añadiría las ingles y si eres de piel muy sensible, nadie mejor que tú sabrá donde debes aplicarte vaselina.

Como ejemplo de rozaduras desagradables y que he padecido personalmente os pondría la del cuello, producida por el roce con el neopreno, en la cara interna de los muslos que es muy molesta al correr y en los pezones que acaba siendo tremendamente dolorosa.


                         Un tubo de vaselina nunca debe faltar en la mochila de un triatleta.

El talco se usa para evitar rozaduras en los pies al montar en bici y correr descalzos.

- Cordones elásticos. Os hable de ellos en otra entrada, no son indispensables pero si muy prácticos. Sustituyen a los cordones clásicos de las zapatillas de correr, facilitan el calzado y permiten salir a correr en el menor tiempo posible.
Cuando te bajas de la bicicleta bien tostado, con el pulso alto, el simple hecho de atar unos cordones puede ser un suplicio.

                                                       Voladoras con cordones elásticos.

- Cortar el bajo del neopreno. Recuerdo la primera vez que nadé con neopreno en un triatlón en la Casa de Campo, siendo sinceros aunque había entrenado bastante con él no había practicado como quitármelo rápido y al llegar a la T1 estuve buen rato peleándome para lograr sacar los pies.
Cuándo consulté a compañeros veteranos todos me dijeron que tenía que cortar un poco la parte baja de la pierna para poder sacarlo mejor.
No se trata de cortarlo y dejarlo como una malla corta, consiste en cortar unos centímetros hasta que quede por la espinilla. De esta forma al quitarlo no se hacen pliegues y sale mejor. Aplicar vaselina en brazos y espinillas también ayuda a quitárselo con mas facilidad.

Cuando te gastas 300€ en un neopreno pensar en meterle las tijeras nada más llegar a casa te pone los pelos de punta. Por suerte hoy en día muchas marcas insertan paneles de silicona o similares que evitan tener que cortar el bajo y hacen que quitarte el neopreno sea mucha más sencillo.
El modelo que uso yo, de la marca Zone3, incorpora estos paneles y es una maravilla. Al anterior, que era un modelo de iniciación, hubo que pegarle un tajo y quitarle unos centímetros del bajo.

                      La parte azul es la silicona que hace que el neopreno salga mas fácil.

- Sujetar las zapatillas de ciclismo a la bicicleta y ponértelas en marcha. Esto, en mi opinión, es la madre del cordero de los trucos triatléticos. Aquí se distinguen a los verdaderos triatletas de los que están por allí de paso o son novatos.

 A pesar de esto que te estoy diciendo que no se te ocurra intentar ponerte las zapatillas de la bici en marcha el mismo día de la carrera sin haberlo entrenado antes. ESTO HAY QUE ENTRENARLO Y LLEVARLO BIEN MECANIZADO EL DÍA DE LA CARRERA por tu propia seguridad y la del resto de participantes.

La técnica consiste en sujetar las zapatillas de ciclismo a la bici con unas gomas de oficina, cuando cojas tu bici irás corriendo descalzo por la zona de transición, al subirte a la bici te calzarás las zapatillas en marcha y en las primeras pedaladas las gomas se romperán. Cuando terminas de montar en bici te quitas las zapatillas y estas simplemente se mantienen sujetas a las calas,

Puede parecer complejo pero con un poco de práctica se consigue. Además te evitas correr como un pato mareado por la zona de transición con las zapatillas con calas y de paso alguna torcedura de tobillo.


                            Zapatillas de ciclismo derecha e izquierda sujetas con gomas.

- Dorsal puesto en la bici correctamente. Esto no te va hacer correr mejor, pero si amas las bicis como yo mantendrá tu tija limpia.
Al despegar el dorsal que va en la tija no lo pegues directamente, usa parte del papel que has despegado para envolver la parte de la tija que vaya a estar en contacto con el dorsal. De esta forma el adhesivo no se pega directamente a la tija y tú te ahorras frotar con alcohol los restos de pegamento de tu amada tija de carbono.

Siento no poder poneros una foto del dorsal, no tenía ninguno disponible. En cuanto corra mi primer triatlón del año, haré una foto y actualizaré la entrada.


El quinto truco (ya se que había puesto cuatro) es un homenaje a mi buen amigo Velasco y está entre lo práctico y lo antihigiénico.
Consiste en pegar directamente las barritas sin envoltorio al cuadro de la bici humedeciéndolas un poco, de esta forma no hay que quitar el envoltorio en medio de la carrera y puedes ir comiendo la barrita en pequeños trozos. Eso sí, o limpias rápido la bici, o como le pasa a él se te acabará llenando el cuadro de moscas.

                                               Barrita pegada al cuadro al estilo "Velasco".

Espero que estos pequeños trucos os faciliten las cosas en vuestras próximas carreras.

Darle duro!

domingo, 9 de abril de 2017

El final del Camino

Hemos sobrevivido.
Hemos conseguido acabar el Camino y la tarea no era fácil. Mover a un grupo de 186 personas, darles de comer, cuidarles, etc. es una misión titánica.

La entrada a Santiago junto a todo el grupo de chavales, sus cánticos, su cara de emoción son cosas que ya han quedado grabadas en mi corazón.

Para que os hagáis una idea de que lo que supone está experiencia para nuestros chavales os voy a poner un ejemplo:
Carmen, una de nuestras alumnas de FP, término la penúltima etapa con los pies repletos de ampollas. Hizo un esfuerzo tremendo para cubrir los 20 km que separan Pedrouzo de Santiago y cuando estábamos a 500 m de la Plaza del Obradoiro sufrió un desvanecimiento.
Lejos de rendirse, no dudó ni un segundo en que tenía que llegar. La asistimos, refrescamos un poco, cargamos con su mochila y logró continuar. A los pocos pasos ya quería su mochila porque según sus propias palabras "quiero entrar con mi mochila puesta". En cuanto alcanzamos la plaza se la entregamos, con lágrimas en los ojos por la emoción y entre los vítores de los compañeros que ya se encontraban al pie de la catedral logró concluir su Camino.

El Camino es un reto de superación personal, es compañerismo, saca lo mejor y lo peor de las personas. En una semana estos chicos y chicas sufren un carrusel de emociones que les deja marcados para siempre.

Para que os hagáis una idea de la magnitud os dejo unas cifras:

  • 150 km
  • 175.000 pasos. 25.000 pasos por día aproximadamente.
  • 1.300 desayunos servidos.
  • 9 horas dedicadas exclusivamente a curas (ampollas, contracturas, dolores musculares, etc.) 1,5 h por día, 6 días de curas con hasta 5 profesores curando a la vez.
  • 8 tubos de antinflamatorio en crema.
  • 3 cajas de naproxeno.
  • 4 cajas de guantes de látex y vinilo.
  • Cientos de litros de leche y zumo.
  • Otros tantos kg de fruta, galletas, pan, embutido y bollos.

A pesar de todas las dificultades que ofrece un grupo tan numeroso, yendo con tanta gente es imposible aburrirse, por muy triste que estés siempre encuentras a alguien con quien echar el rato.
A los profes el único tiempo que nos queda para descansar son las escasas 7 h que dormimos cada noche, pero con todo no hubiera prescindido de ni una sola de las personas que han venido con nosotros.

Quiero hacer una pequeña mención a la única persona que no ha logrado terminar el Camino. Por razones médicas Iván, un alumno de bachillerato, tuvo que irse de vuelta a Madrid. Sus compañeros no le olvidaron en ningún momento.

Antes de cerrar esta serie de entradas dedicadas al Camino quiero dar las gracias a todas las personas que lo han hecho posible:

A Pinilla, Juan Luis y Miguel Ángel por asistirnos con maestría y precisión desde la furgoneta.
A Lidia por ser la madre de todos y cuidar de todos los detalles.
A Álvaro por su humor y establecer el ritmo adecuado en cada etapa.
A las Marías por poner el toque femenino y el cerebro entre tanto descerebrado.
A Jesús por poner a nuestra disposición la templanza que sólo tienen los que poseen su experiencia.
A Isa por curarnos como sólo ella sabe hacerlo.
A José y Nano por estar siempre dispuestos para cualquier tarea. Desde curar un pie hasta la ingrata misión de cerrar un grupo.
A Fito por aguantar como un jabato a pesar de sus molestias en el tendón de Aquiles y por conectarnos a las redes a diario.
Al equipo de pastoral del cole por todo el trabajo previo al Camino.
A Santi porque sólo él tiene esa capacidad para guiarnos con mano derecha e izquierda a partes iguales.
A los chavales por que sin ellos nada de esto tendría sentido.
Por último, quiero agradecer especialmente su apoyo a mis compañeras Belén y Patricia. Dos novatas en el Camino que han estado a la altura del más experimentado veterano. Dispuestas a realizar cualquier tarea y poniendo el alma en todo lo que hacían. Ha sido muy emotivo ver vuestras caras al llegar a Santiago.

Cuando mis amigos me han preguntado que has hecho en el Camino les respondo: he caminado, mucho, he dormido poco, he curado pies y he escuchado quejas de todo tipo.
Algunos ponen cara de asombro y me dicen: ya no vuelves, no?
La respuesta la tengo clara: volvería mañana mismo.

Os dejo una foto:



Darle duro!