Hoy estoy triste, abatido, indignado y cabreado.
Aún tengo en mi memoria la imagen de la mujer de Scarponi llorándole en el arcén de la carretera y de su loro "Frankie" esperándole en el lugar donde un coche se le llevó por delante.
Me sigue doliendo pensar en el muchacho de Ibiza que fue atropellado por un conductor borracho y drogado hace una semana aproximadamente.
Pues con estos recuerdos aún frescos ayer nos levantamos con otra noticia negra.
Una chica de 28 años que triplicaba la tasa de alcoholemia, puesta de cocaína y reincidente (tuvo una retirada de carnet de ocho meses por conducir borracha) arrolla a un grupo de seis ciclistas matando a dos de ellos e hiriendo gravemente a tres más en Oliva, Valencia.
He de confesar que tengo especial sensibilidad por los accidentes con ciclistas.
En el año 94 todos los vecinos de Torrelaguna tuvimos que sufrir la perdida del que seguramente hubiera sido nuestro vecino más ilustre, Antonio Martín.
Un camión se lo llevó por delante mientras entrenaba.
Ver a su familia rota, ver a Indurian, Perico Delgado y otros ilustres del pelotón internacional de la época llorando por las calles de mi pueblo el día de su entierro es algo que jamás olvidaré.
Para mí lo de Oliva ha sido la gota que colma el vaso.
Conozco esa carretera, entreno por esa zona siempre que estoy en otro de mis hogares de adopción, Jávea, y me hierve la sangre al pensar que con un poco de sentido común esto se podía haber evitado.
¿Vamos a seguir dejándonos matar? ¿Alguien va hacer algo para que asesinar a un ciclista deje de ser gratis? ¿Qué le pasa por la cabeza a alguien para coger un coche en ese estado?
Una de las cosas que más me duelen de este asunto no es la incomprensión y la falta de respeto de conductores que no conozco, que también duelen. Es la incomprensión y falta de respeto de personas de mi entorno.
En una comida de trabajo tuve que discutir con un compañero porque decía que le molestaba tener que frenar cuando veía a un grupo de ciclistas, que hay mucho campo para montar en bici. Mi respuesta fue: si ese grupo de ciclistas no te merece respeto piensa que yo podría ser uno de ellos.
No soy tan estúpido como para decir que los ciclistas somos los buenos y los conductores los malos. Como en cualquier colectivo en ambos bandos hay desgraciados, como muy bien dice una persona muy cercana a mi, hay mas tontos que botellines.
Lo que si que hay que tener claro es que en una lucha ciclista vs coche la bici es la parte débil.
Si me choco contra tu coche el que se hace daño soy yo, si me despisto y me cambio de carril el que va a salir perdiendo soy yo. Aunque la culpa sea mía el daño me lo voy a llevar yo.
Los coches tienen arreglo, las muertes no.
Los accidentes pueden suceder, eso lo tengo claro, pero una persona que conduce borracha, drogada y es reincidente haciendo eso no puede considerarse accidente.
Necesitamos penas severas para este tipo de casos y que la gente sea consciente del daño que puede causar.
El de la foto soy yo y esa es la sonrisa que me produce montar en bici. Lo creas o no ese es el km 130 de una marcha cicloturista de 160 km, aunque terminé hecho polvo la bici siempre me hace sonreír.
Si eres un desalmado no tienes más que pasar rozándome con tu coche, conducir usando el móvil, ir borracho, drogado o las dos cosas. De esa forma borrarás mi sonrisa para siempre, la dejarás en alguna cuneta para que la lloren los que me quieren.
Si tienes alma cuando me veas (a mi o a cualquier ciclista) conduce tranquilo y déjame seguir sonriendo, mi familia te lo agradecerá.
#NiUnCiclistaMuertoMas
Darle duro!
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