IM, dos letras mágicas para cualquier triatleta.
Todos los que nos dedicamos a este deporte soñamos con vivir en nuestras propias carnes que es eso de hacer 3,8 km nadando, 180 km en bici y 42,195 km corriendo.
Hace poco mas de 15 días se celebró el Challenge de Madrid, el único triatlón distancia IM que se celebra en nuestra comunidad.
Es una prueba dura donde las haya. Se nada en el agua fresquita del embalse de Riosequillo. En los 180 km de bici se suben tres puertos Canencia, Morcuera, Cotos y si el día se pone tonto la zona "llana" puede ser con viento de cara. La maratón es principalmente plana por Madrid Río, pero cuando las piernas ya están rotas toca subir la Cuesta de la Vega para poder llegar a la meta en la Puerta del Sol.
He esperado 15 días para escribir este post porque quería ver la evolución de mi buen amigo Velasco, que después de más de 10 años sin correr un IM, decidió que el de Madrid era el mejor para su regreso.
Yo no tengo experiencia en IM, por el momento soy un triatleta de corta distancia que hace algún medio.
Reconozco que una prueba así me produce una mezcla de miedo y respeto al mismo tiempo.
Durante estos 15 días he tratado de analizar lo que ha pasado por la cabeza de Velasco, tratando de entender porque los triatletas nos vemos atraídos por esta salvajada de prueba.
El día de la prueba no le vi nadar ni montar en bici, pero según su relato subiendo Cotos ya iba reventado.
Le vi en el km 25 de la maratón y en cuanto le pregunté me dijo: "voy tieso" Intentando darle ánimos lo único que me decía era: "me quedan mas de 16 km y estoy muerto", aún así siguió.
La escena en la maratón de un IM es brutal, las caras de los participantes son un poema.
El que más me llamó la atención fue un chico que iba agarrado a un amigo suyo con la mirada perdida, se retiraba. Se apoyó en una pared y sus piernas se deshicieron como si fueran de chicle. El Samur le atendió rápidamente y quiero pensar que a día de hoy está en su casa perfectamente.
Viendo esto, lo primero que pensé es que yo no me metía en una de estas ni de broma.
Velasco terminó, según él, entre todos los que fuimos a verle le ayudamos a acabar.
Cuando le llevaba en coche a casa, me decía: "a mi me gusta el triatlón, pero esto es demasiado" "No hago más, yo haciendo olímpicos soy feliz" "no hagas ningún IM Carlos, no merece la pena".
Todo esto unido a las escenas que vi en carrera me hicieron dudar si hacer una prueba de estas o no.
La sorpresa me llegó al día siguiente. Sentado en el despacho que tenemos los profesores de EF en el colegio, estaba Velasco con el ordenador, ¿y que hacía? ¡mirar el calendario IM de 2018!
No habían pasado ni 12h desde que le dejé en su casa fundido y ya estaba pensando en hacer otro IM.
¿Qué lleva a una persona que lo ha pasado tan mal a querer repetir lo que le ha hecho sufrir sobre manera?
Yo no conozco la respuesta a esta pregunta, como os he dicho no he hecho ningún IM, pero desde luego su cambio de parecer (imagino que será el mismo de todos las miles de personas que hacen IM) me hizo volver a plantearme si hacer un IM o no.
Volviendo a la carrera, hubo un momento en que sentí envidia de verdad, la llegada a meta.
La cara del triatleta se transforma de demacrada a felicidad máxima.
Ver las caras de orgullo de los familiares, sentir los aplausos de toda la gente que esperaba en meta después de más de 10 horas de carrera y lograr acabar semejante reto debe ser algo que como deportista te llene por dentro y te haga olvidar todas las calamidades pasadas en la carrera.
No se si esto es lo que sienten estos muchach@s, pero desde luego a mi, de todo lo que ví, es lo que me dijo que alguna vez yo tengo que hacer un IM.
Por cierto, a día de hoy, Velasco ya está inscrito al IM de Lanzarote 2018...
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Después del relato sentimental quiero poner la nota lógica.
Como entrenador me llega gente a entrenar que me pide que los prepare para retos para los que no están preparados.
No hablo solo de un IM, para hacer un medio e incluso un olímpico o una maratón necesitas tener una buena base.
Un reto del calibre del IM requiere no sólo 6-8 meses de entrenamiento especifico, lo lógico es llegar a esto con años de experiencia.
La gente sufre mucho en estas pruebas incluso estando preparada, pero la diferencia entre cambiar de opinión a las 12h de haberlo pasado realmente mal o hacerte un daño grande a ti mismo reside, entre otras cosas, en llegar a estas pruebas con una preparación adecuada y suficiente.
Darle duro!
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